La hermandad celebraba este año su cincuentenario fundacional y había mucha ilusión por ésta salida, pero un año más, el tiempo se encargó de desbaratar la jornada del Martes Santo.
Las previsiones meteorológicas se cumplieron y la lluvia hizo acto de presencia. Por ello, la Junta de Gobierno, con su hermano mayor a la cabeza, Manolo Orellana, decidieron por mayoría absoluta, suspender la estación de penitencia. Una vez suspendida la estación de penitencia, se anunció la celebración de una Eucaristía en el interior del templo salesiano para todos los hermanos allí presente.
El pueblo de Utrera se perdió este año ver por las calles de Utrera tanto, al Santísimo Cristo del Amor sobre un monte de lirios morados y claveles rojos, como a su madre, Nuestra Señora de las Veredas, con un exorno floral compuesto por lirios de casablanca, astromelias y rosas de color blanco. Además, este año, se podían ver en los varales y las bambalinas del palio, los antiguos borlones de Nuestra Señora de las Lágrimas, titular de la Hermandad del Cautivo.
Esperemos que el año que viene, la lluvia nos respete y podamos disfrutar de un gran Martes Santo, tan anhelado ya por lo hermanos.
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